martes, 25 de agosto de 2015

Al refugiado

Seres sin sombras,
risas sin bocas.

Llantos silentes,
olor pestilente.

Pasaportes sin nombres,
ojos sin norte.

Caminos vacíos,
llenos de niños

Que caminan al frente
con un dedo en la mente

Horizonte añorado
tras la meta y sus pasos.

Hemos llegado?
Libertad amado?

Golpe, gritos
Oscuridad, vacío.

El cielo para el ciudadano,
El infierno para el refugiado.

María de Lourdes Eguren
Barcelona, 25 agosto de 2015

martes, 7 de abril de 2015

La muralla

Erase una vez un caminante, que decidió recorrer el mundo.

Tras caminar un largo trecho durante meses, se encontró de repente con una muralla gigantesca, mil veces más grande que él.

Confundido y atemorizado, no supo que hacer. Podía volver atrás...

Por un momento dudó, pensó en lo que le depararía el camino de vuelta y comenzó a sudar... tras un súbito mareo, perdió el equilibrio y apoyó su mano en la muralla para no caer al suelo.

Ohhh sorpresa! En lugar de caer al suelo, fue la muralla la que se desplomó sin mucho estruendo,  mostrándole al caminante el resto del camino. Verde, ancho, luminoso y lleno de vida.

El caminante, respiró, tomó una piedra de aquella muralla y con ella en el bolsillo para no olvidar lo aprendido continuó caminando.


A veces la vida nos muestra, que los límites los fijamos nosotros y hay que tocar la muralla que tenemos enfrente para darnos cuenta que cae con solo tocarla.

María de Lourdes Eguren
Barcelona, 07 de abril de 2014.

lunes, 2 de febrero de 2015

El cazador de estrellas

A veces hay seres que vienen a este mundo por corto tiempo, su vida está tan llena de vida, de velocidad y de luz que aprenden muy rápido y nos dejan antes de tiempo, en realidad antes de nuestro tiempo y de nuestra comprensión.  Como un cometa, o una estrella fugaz que nos ilumina con intensidad asombrosa y luego continúa su camino. 
A tí, estrellita te dedico este cuento. Estoy segura que ya eres luz. 



En un desierto lejano, vivía un niño que soñaba con las estrellas. Cada noche antes de acostarse, salía a la puerta de la tienda en la que vivía y se quedaba mucho rato observándolas. 

Una noche llamó a su madre y le dijo: "Cuando sea mayor cazaré una estrella. Con tanta luz iluminaré el pueblo y no pasaremos frio y miedo en la oscuridad cuando se haga la noche". 

Su madre sonrío y le arropó con una sonrisa. "Todo eso cuando seas mayor, aún te queda". 

Pasó el tiempo, y el niño se hizo mayor, y aquella idea de niño en lugar de desaparecer se hizo cada vez más fuerte. Tras viajes y estudios se convirtió en un reconocido astrónomo. 

Como ello no era suficiente para cazar estrellas, aprendió el arte de la magia y la alquimia y un día cuando se sintió preparado salió a cazar una estrella. 

Tras diseñar un complejo artefacto y asombrar al maravillado poblado, esperó a la noche donde la lluvia de estrellas pasaba más cerca de la tierra. Y zas, tras un estruendoso trueno logró su sueño. 

Allí estaba la estrella, en una caja de cristal diminuta dando calor y luz a todo el pueblo. 

He triunfado!!! - gritó. 

Pero poco duró la alegría. Ha medida que pasaban los días, la estrella se iba a apagando, mientras que las estrellas del firmamento pasaban radiantes con su rastro de luz. Y un día se apagó del todo. 

El sabio, lloró y desconsolado abrió la caja para acariciarla. Con gran sorpresa la estrella volvió a brillar y tras una gran explosión volvió a alumbrar el firmamento. 

El sabio sonrió. Destruyó el artefacto que había creado y desde esa noche cada día, volvió a admirar cada una de las estrellas del firmamento desde la puerta de su tienda. El niño volvía a ser niño, el ser volvía a SER.

Barcelona, 20 de enero de 2015. 

lunes, 5 de enero de 2015

En una noche como hoy....

A veces cuando las luces se apagan, y los niños duermen la magia invisible a los ojos decide darse un paseo por el mundo de los mortales... esta es la historia de una mágica noche, donde seres mágicos reparten amor en la tierra y donde al menos durante unas horas el planeta recuerda como "El Principito" de Saint-Exupery que jamás dejamos de ser aquellos niños capaces de sorprendernos y reír.

Se acercaba el día señalado, asi que los reyes de Oriente y sus colaboradores mágicos se reunieron en un lugar que sólo ellos conocían, alumbrados por el sol y bajo el reflejo de la luna.

Cómo todos los años, la burbuja de los deseos estaba llena de peticiones de todos los seres humanos del planeta. Comenzaron a leerse algunas de ellas: había quien pedía una larga lista de juguetes, un perro, un hermanito, la muñeca sonriente, un tren a motor, la bicicleta.... pero una de ellas llamó la atención por su brillo y color y procedieron a leerla minuciosamente.

La carta estaba escrita en una hoja muy blanca y brillante enrollada como un pequeño pergamino. Al desplegarla se leia lo siguiente: "Yo solo quiero pedir, aquello que realmente necesito"

El mensaje sorprendió a todos, más aún al ver qué no estaba firmado.... Cómo haremos para realizar la entrega? se preguntaron.

Los seres mágicos, a pesar de su magia no encontraron una respuesta al problema así que tras dialogar durante muchas horas decidieron que puesto que no tenía nombre, el regalo sería entregado a todo aquel que fuera capaz de reconocerlo.

Dentro de cada entrega, se incorporó una pequeña estrella plateada con un diminuto mensaje que decía: "Mira en tu interior".

Llegada la noche señalada, los seres mágicos comenzaron a repartir la magia en todo el planeta, llevando millones y millones de pequeñas estrellas.....

Cuenta la leyenda que aquellos que descubrieron la diminuta estrella, cuando miran al cielo en la noche de reyes pueden ver su propio rostro reflejado en la estrella del Oriente. Ese día la magia se hace, y pueden ver más allá de lo que se vé con los ojos....

Nunca se supo quien envío el mensaje, aunque hay quien dice que un gran hombre que un día también fue niño decidió dar una mano a los seres humanos que habitan en la tierra....


María de Lourdes Eguren
Barcelona, 05 de enero de 2015