A veces cuando las luces se apagan, y los niños duermen la magia invisible a los ojos decide darse un paseo por el mundo de los mortales... esta es la historia de una mágica noche, donde seres mágicos reparten amor en la tierra y donde al menos durante unas horas el planeta recuerda como "El Principito" de Saint-Exupery que jamás dejamos de ser aquellos niños capaces de sorprendernos y reír.
Se acercaba el día señalado, asi que los reyes de Oriente y sus colaboradores mágicos se reunieron en un lugar que sólo ellos conocían, alumbrados por el sol y bajo el reflejo de la luna.
Cómo todos los años, la burbuja de los deseos estaba llena de peticiones de todos los seres humanos del planeta. Comenzaron a leerse algunas de ellas: había quien pedía una larga lista de juguetes, un perro, un hermanito, la muñeca sonriente, un tren a motor, la bicicleta.... pero una de ellas llamó la atención por su brillo y color y procedieron a leerla minuciosamente.
La carta estaba escrita en una hoja muy blanca y brillante enrollada como un pequeño pergamino. Al desplegarla se leia lo siguiente: "Yo solo quiero pedir, aquello que realmente necesito"
El mensaje sorprendió a todos, más aún al ver qué no estaba firmado.... Cómo haremos para realizar la entrega? se preguntaron.
Los seres mágicos, a pesar de su magia no encontraron una respuesta al problema así que tras dialogar durante muchas horas decidieron que puesto que no tenía nombre, el regalo sería entregado a todo aquel que fuera capaz de reconocerlo.
Dentro de cada entrega, se incorporó una pequeña estrella plateada con un diminuto mensaje que decía: "Mira en tu interior".
Llegada la noche señalada, los seres mágicos comenzaron a repartir la magia en todo el planeta, llevando millones y millones de pequeñas estrellas.....
Cuenta la leyenda que aquellos que descubrieron la diminuta estrella, cuando miran al cielo en la noche de reyes pueden ver su propio rostro reflejado en la estrella del Oriente. Ese día la magia se hace, y pueden ver más allá de lo que se vé con los ojos....
Nunca se supo quien envío el mensaje, aunque hay quien dice que un gran hombre que un día también fue niño decidió dar una mano a los seres humanos que habitan en la tierra....
María de Lourdes Eguren
Barcelona, 05 de enero de 2015