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martes, 7 de abril de 2009

El río


La fuerza del río
que lleva tu sangre
el agua que pasa
y limpia tu alma

El mensaje que lleva
y fluye en tu alma
hace siglos que corre
aún sigue siendo agua

Si miras su color
si sientes su calma
si aprecias su fuerza
y escuchas y callas

Verás que es aquello
que viene y traspasa
que en tu ser siempre ha sido
y que hacia el mar baja.

Barcelona, 07/04/2009

jueves, 29 de enero de 2009

AQUELLO

Una joven mujer fue al Maestro de su pueblo a buscar consejo. Vivía en un constante azoramiento. No podía dejar de pensar en ello.
Su Maestro le dijo:
-Vete a casa, acuéstate a dormir y mañana ven a contarme lo que veas.
La mujer así lo hizo y a la siguiente mañana contó la siguiente historia:

Estaba en un largo camino. Oscuro, tenebroso, habían luces de aceite que se movían con el viento. De repente sentí que me perseguían. Corrí y corrí aterrorizada pero cada vez "AQUELLO" estaba más cerca. Sentía la necesidad de voltear la cabeza y ver que era pero el dolor de cuello no me dejaba hacerlo.
Luego de un rato supe que "AQUELLO" no me dejaría en paz. Me detuve, giré la cabeza bruscamente y le miré.
Vi una capa negra, con capucha, no se veía nada dentro. Le pregunté:
-Quien eres?
-Soy tus miedos. Y en la medida que iba hablando , dentro de su cara comenzaban a aparecer gusanos, emanaba un olor putrefacto, un aire gélido.
- Y que haces aquí?. Pregunté.
-Vengo a ayudarte. Respondió
- Y como puedes hacer eso? Le pregunté.
- Cambia el miedo por amor.

Una vez dicho eso todo empezó a cambiar. Desaparecieron los gusanos, el olor, la capa, y se hizo de día en medio de un bello campo. "AQUELLO" dejó de serlo, su presencia se tranformó y en medio de un aura de colores me tomó en sus brazos y desapareció en mi.

Una vez acabada la historia el Maestro preguntó:
-¿Qué piensas ahora?
La mujer no respondió. Asintió con la cabeza y desde ese día en su boca se dibujó una sonrisa.

Barcelona, 28 de enero de 2009.

domingo, 2 de noviembre de 2008

La joven antropóloga


Cuenta la historia, que una joven antropóloga en medio de una excavación en el Medio Oriente tras sentir que unos ojos le miraban con curiosidad se dió media vuelta y vió a un antiguo anciano, de mirada profunda que le miraba con cara divertida.
- Buenas tardes - Le dijo la joven amablemente - ¿Puedo ayudarle en algo?
- No. - Respondió el anciano- Y siguió mirándola con cara divertida.
La joven ya un poco molesta e incómoda le increpó:
- Bueno, aquí estoy. Si necesita algo hágamelo saber.
El hombre sonrió, le miró a los ojos:
- Quizás seas tú quien necesite algo.
- ¿Qué quiere decir? -dijo la joven- A qué se refiere?
El hombre le preguntó:
- En qué consiste tu trabajo?
Orgullosa respondió:
- En entender el pasado del hombre, sus costumbres, su sociedad.
El hombre respondió:
- Eso está bien. Pero ahora te pregunto ¿para qué te dedicas a este trabajo?
La chica no contestó inmediantamente. Luego respondió:
- Para recuperar mi origen y entender de donde vengo.
- Eso está bien - respondió el anciano.
Le miró a los ojos y continuó:
- Está bien recordar sin embargo no cometas el error de querer querer revivir ese pasado, si ya pasó así para tí y ahora estás en el ahora y es de otra forma será por alguna razón no? Vive el presente, recuerda el pasado pero no te ates a él, y mira el futuro como la continuación de tu presente.

Cuenta la leyenda que la joven no tuvo tiempo de responder, cuando levantó la cabeza en el lugar donde estaba el anciano encontró una estatuilla de bronce, con una sonrisa en los labios.
María de Lourdes Eguren

viernes, 3 de octubre de 2008

Cambios....

Un hombre llega donde el anciano del pueblo y le hace la siguiente pregunta:

- Necesito hacer un cambio en mi vida. He elevado mi petición a Dios pero no pasa nada!

El anciano sonriendo le contestó:

- Si no abres la ventana, como quieres que entre el aire en tu alma?


María de Lourdes Eguren

lunes, 28 de julio de 2008

"Guaraira Repano" - "Cerro Avila"

Hay lugares especiales, que llegan, llenan un momento de tu vida y deciden quedarse allí para siempre.





Son lugares que te transportan a otros tiempos, otros planos, refrescan tu alma y te hacen sentir conectado con la madre tierra, los animales y todos los seres humanos.









Son regalos de este Universo, diarios, sencillos y que no necesitas tenerlos físicamente cerca para poder evocar esa sensación, ese maravilloso anclaje que desde la primera vez que lo viste y lo sentiste se afianzó en ti.









Uno de esos maravillosos lugares, que han marcado mi vida actual, mi infancia, mi adolescencia, mi juventud y estoy segura que muchas otras cosas anteriores es el hermoso y majestuoso "Cerro El Avila" o como mejor denominaron los indios caribes antes de la llegada de los españoles "Guaraira Repano" o lugar de dantas.

Es una montaña mágica, que separa el valle de Caracas que está a 1000 metros de altura del Mar Caribe. Sus imponentes laderas, trochas y picos se alzan hasta una altura de 2675m sobre el nivel del mar y dominan toda la ciudad. Desde la vegetación árida al nivel del mar, pasando por la selva nublada hasta las alturas donde la vegetación es prácticamente de páramo... es un lugar hermoso, porque más allá de su imponente belleza natural recoge la vida de muchos venezolanos que desde tiempos inmemoriables han hecho su vida en las faldas de esta montaña.










A primera hora , la brisa de la mañana recorre Caracas, el suave verde se levanta sobre la ciudad

y las bandadas de loros y guacamayas salen de la montaña a pasear por la ciudad.

Al mediodía y en medio del tráfico de la ciudad, está siempre vigilante, como esperando que alces la mirada desesperada al cielo y allí está su presencia, segura, saludando.










Y los atardeceres.... es uno de los espectáculos más hermosos de ver. Los colores del sol van acariciando las laderas de la montaña, metiéndose suavemente entre las trochas para ir pasando de una en una hasta que la noche cubre toda la ciudad.

De noche, imagen perfecta para meditar, en la oscuridad se ve su silueta, rodeada de estrellas, se siente la vida de los moradores de antaño, su energía y tu energía al entrar en contacto con ella. Sientes la magia indígena que aún habita en ella, en los chamanes que han mantenido la tradición, las esperanzas del pueblo que se levanta cada día y el hecho de verla ahí es sinónimo de que otro día empieza...


Esa montaña me vió crecer, me insipiró en muchos momentos de mi vida, ayudándome a meditar en la ventana de mi casa hallé respuesta a preguntas, aprendí a escuchar el silencio, sentí lo que venía en mi país....


Y mi historia es una pequeña historia dentro de tantos millones de personas que han pasado por sus faldas. Es lo primero que vieron los marinos de Colón, los emigrantes europeos de la post-guerra y lo último que ve el marino cuando se marcha del puerto de la Guaira ó el emigrante que deja su tierra cuando el avión se remonta...

Gracias por este regalo.

Les dejo una canción sobre "El cerro el Avila" una montaña que cuando la ves, deja de convertirse en una montaña desconocida para pasar a ser de todo quien la ha visto. : http://www.youtube.com/watch?v=G9mWtION_kE


PD: Las fotos son desde mi barrio en Caracas y la que era la ventana de mi habitación.

Aprovecho para añadir el link que me ha enviado muy amablemente nuestro amigo "vaticano" en Panoramio, desde Venezuela y que no tiene desperdicio. Además de las bellas panorámicas de la ciudad de Caracas, tiene una gran cantidad de fotos representativas de Caracas y todo el país.
Panorámica: http://www.panoramio.com/photo/16148486
Más fotos: http://www.panoramio.com/user/71381