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viernes, 5 de julio de 2013

Vuelta a la vida

Erase una vez una persona cualquiera qué un día de repente, se sintió muy mareada. Todo daba vueltas a su alrededor, las paredes ya no estaban en su sitio! Parecía que iban a aplastarle!!!

- AUXILIO!!!!!! - Gritó. Y la habitación quedó en silencio.

Cuando abrió los ojos la televisión estaba encendida y se leía lo siguiente:

"Dicen que los marinos de tanto pasar el tiempo en el mar cuando bajan a tierra se marean,  a diferencia de un pez que si le sacas del agua, se ahoga".

Al día siguiente al despertar sin saber si era real o fantasía, si todo había sido un sueño o aún soñaba.. decidió escribir en su muro de facebook:

"A veces, somos capaces de exigirnos tanto que vivimos la vida en una auténtica carrera, forzando nuestra propia naturaleza quien sabe para qué. Hace falta, bajar del barco para saber que estábamos en el mar y no en la tierra que creíamos"

Feliz fin de semana!
María de Lourdes Eguren
Barcelona, 05 de Julio de 2013


viernes, 3 de octubre de 2008

Cambios....

Un hombre llega donde el anciano del pueblo y le hace la siguiente pregunta:

- Necesito hacer un cambio en mi vida. He elevado mi petición a Dios pero no pasa nada!

El anciano sonriendo le contestó:

- Si no abres la ventana, como quieres que entre el aire en tu alma?


María de Lourdes Eguren

domingo, 21 de septiembre de 2008

Una historia de Paz


Maestro, preguntaron los discípulos, qué podemos hacer para que haya Paz en el mundo?

El maestro sonriendo les contó una historia...

Un joven decidido a proteger los nobles ideales de su pueblo decidió enrolarse en el ejército. Tras años y años de fuertes ejercicios, sangre, combates, y cansado de ver y provocar el sufrimiento de la gente decidió que este no era el camino.

Se apuntó en un grupo de paz, compuesto por sabios y ex-combatientes como él. Sin embargo tras años y años de fuertes ejercicios, de ver sangre, sufrimiento, y no poder hacer nada decidió que este no era el camino.

Así que se convirtió en el alcalde de su pueblo. Poco a poco fue subiendo hasta llegar al puesto más alto en su nación. Pero, tras años y años de mucho sacrificio, de ver sangre, combates y ver sus ejércitos luchar.... pensó "Este tampoco es el camino".

Ya desesperado fue a ver al anciano sabio y le preguntó...El sabio le respondió:

-La paz empieza en el corazón del hombre, luego en su familia, luego en su pueblo. Si no tienes paz en tu interior no puede haber paz a tu alrededor.

-Maestro, -preguntó el hombre,- pero qué puedo hacer? he seguido todos los caminos intentando colaborar en la paz, seguir los ideales más nobles, pero todo ha sido un fracaso!!!

El Maestro poniendo su mano sobre el pecho del hombre le dijo:
-Cuando ya no sientas rencor en tu corazón, entonces estarás preparado para vivir en paz. Cada quien tiene su lugar en la profesión, oficio o espacio que esté, y cada una de ellas es igual de importante que las demás. Tú ahora tienes el poder de incidir con una decisión en la vida de muchos hombres, pero cada quien en su lugar tiene el mismo poder.
Cuando tengas que tomar una decisión difícil pide a tus consejeros que te dejen solo en tu habitación, y cuando estes tranquilo piensa que desearías tú que se decidiera si tú y tu familia estuvieran en el lugar de quienes ahoran dependen de tu decisión.
Esta regla se aplica no sólo a tí, sino a todo ser humano por más pequeño e insignificante que parezca . No olvides que la humanidad está hecho de seres humanos, y que todos somos una sola cosa.
María de Lourdes Eguren

sábado, 6 de septiembre de 2008

Me gusta!!!

Levantarme en la mañana,
con los rayos del sol
mirar por la ventana,
disfrutar la creación.


Sonreir con la mirada
admirar la luz del sol
escuchar las estrellas
disfrutar del amor

Pasear por el mundo
admirar el color
imaginar el mañana
vivir en el hoy

Respirar suavemente
inspirar vida y son
cantar con las manos abiertas
bailar sin control

La sinceridad de un niño
la sabiduría del que hoy
mira al horizonte y sabe
que todo es uno
y tu eres yo



María de Lourdes Eguren

jueves, 10 de julio de 2008

Una historia de domingo


Erase una vez un niño, que salió al patio a jugar con su pelota de colores. Sus padres miraban desde la ventana pensando en lo maravilloso que era ver la vida crecer en él, la ligereza de sus movimientos, su clara risa, los ojos vivos y alegres. Este niño creció, y se convirtió en un hombre, sus padres seguían muy orgullosos de él por supuesto, ahora se había convertido en un gran hombre de sociedad. Sus pasos medidos, sus gestos calculados, una tenue sonrisa siempre en los labios como si hubieran puesto dos palillos en su cara y su mirada penetrante e inquisidora.

El hombre, visitaba religiosamente cada domingo a sus padres, ni muy pronto ni muy tarde, adecuado nada más. En uno de esos tantos domingos, paseando distraídamente acabó en el centro del patio de sus padres. Cuantos años! Le parecía tanto tiempo.... y de repente en un rincón, sucia y polvorienta su pelota de colores...

Primero la tocó, casi con miedo, como si de repente dos dientes fueran a salir de su interior... Luego empezó a percibir su forma, quitó el polvo de su superficie y aparecieron aquellos mágicos colores que tanto le gustaban. Casi sin darse cuenta se encontró dando botes a la pelota en medio del patio, y saltando, sonriendo, bailando con ella....

Un grito de asombro lo sacó de su éxtasis. Volvió la cara y al lado del gran espejo estaban sus padres con cara de disgusto acompañados de aquella insípida pero "conveniente" chica que pretendían acabara siendo parte de la familia.

Fueron segundos, miró al espejo y se vió a si mismo. Casi era magia! Pensó.- Estoy sonriendo, alegre y con una mirada que no tenía desde hace mucho tiempo!

Y al otro lado, todo aquello que presentaba su adecuada vida actual..., tres pares de ojos inquisidores como su mirada unos segundos antes, examinando y desaprobando su evidente felicidad.

Tomó la pelota, la acarició con sus manos. Dejó aquella ridícula y apropiada chaqueta de domingo de un lado de la puerta, abrió los botones de su camisa y dejó que el aire entrara por ella, y sonriendo al mundo salió por la puerta trasera del patio para no regresar jamás.
María de Lourdes Eguren