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lunes, 14 de noviembre de 2011

El joven gurú

Meditando sobre las hermosas personas que tengo alrededor, se me ocurrió esta historia... llena de arrugas, de canas, pero sobretodo de amor, mucho amor...

Erase una vez un pueblo, un pueblo donde la gente vivía bien. Cada uno hacía sus cosas, los niños pequeños jugaban, los jóvenes iban a la escuela, los adultos y mayores atendían sus negocios y los ancianos participaban de la vida.

Un día un joven, muy joven... que había leido mucho y vivido muy poco llegó al pueblo. Nadie sabía de donde venía realmente, pero su oratoria y sus conocimientos cautivaron al pueblo, en especial a los adultos.

- Podemos hacer que seamos el pueblo más importante de la región!! Lo único que cada uno tiene que hacer es estudiar vuestros negocios-dijo dirigiéndose a los adultos- Seguramente encontrareis gente que tarda más en realizar los trabajos... esa gente no os sirve. Pensadlo bien, de qué os sirve alguien que tarda el doble que el resto???

La idea comenzó a hacer mella, poco a poco comenzaron a hacer lo que decía aquel joven que de pronto se convirtió en el gurú de los negocios de la región.

Y así fue, poco a poco los adultos fueron eliminando a aquellos que tardaban más que el resto... y las cosas iban bien! muy bien! ..... Los demás pueblos de la región comenzaron a imitarles..

Paulatinamente y sin que nadie dijera nada, las calles comenzaron a llenarse de aquellos mayores, que con mirada triste quedaban para hablar sentados en la plaza del pueblo.

Sin embargo algo sucedió, poco a poco las cosas comenzaron a cambiar. Algo faltaba, el ambiente era tenso, los conflictos iban en aumento y las cosas comenzaron a fallar.

La gente fue a ver al gurú que como solución les dió el mejor libro que había leido donde se explicaba como debían hacerse las cosas... Los adultos volvieron a casa y lo estudiaron con detenimiento.

Pero las cosas no mejoraron, todo lo contrario cada vez iban a peor. Las peleas eran constantes y el pueblo sufrió el peor incendio de su historia luego de la discusión de dos vecinos... De nada sirvieron los artilugios del joven gurú ni sus libros... desesperado el joven reconoció que no entendía qué pasaba y cuando se lo comunicó a la gente el pueblo entró en pánico.

Algo curioso sucedió. Los mayores que observaban desde la distancia tardaron poco en tranquilizarles, con esa sonrisa que da la experiencia, con ese paso sosegado que lleva el que ya conoce el camino. La gente se sintió aliviada y poco a poco sin pensarlo los mayores volvieron a tomar sus antiguos puestos...

El joven gurú no entendía nada, como era posible que su método perfecto hubiera fracasado? Así que decidió observar.

El primer día fue a la panadería, el aprendiz y el maestro panadero discutían acaloradamente sobre la mejor forma de hacer cierto tipo de pan. El mayor panadero sonriendo replicó a ambos que los dos tenían razón, pero que les hacía falta un ingrediente secreto... ¿cúal es? -preguntaron rápidamente los dos... el mayor panadero les contestó: Paciencia y tiempo. Se puso manos a la obra y en menos de lo que pensaban todo el pueblo olía a pan fresco.

El segundo día fue a visitar al joven arquitecto, las historias decían que llevaba días intentando construir el techo de la escuela pero cada vez que lo intentaba se le venía abajo. Al tercer intento fallido, desesperado el joven arquitecto salió corriendo de su estudio.

El mayor arquitecto apareció en escena con una caja de caramelos, se sentó a su lado y le ofreció un par. El joven arquitecto rompió a llorar, esos caramelos le recordaban su infancia, casualmente su padre había muerto hacía un par de semanas y no se sentía capaz de llevar el negocio él solo. El mayor arquitecto se ofreció acompañarle en lo que necesitara y sutilmente el joven fue capaz de terminar la obra... la enseñanza que transmitió el mayor al joven gurú fue: Amor y escucha.

Al tercer día el joven gurú fue a visitar a uno de los pocos negocios que no había dejado que sus mayores se incorporaran. Al día siguiente tenían una entrega muy importante, el carruaje del rey debía estar terminado.... pero las ruedas no giraban bien!!!

Las horas fueron pasando, y la solución no llegaba.... son las ruedas!! gritaba uno! - falta aceite! gritaba otro... y no se ponían de acuerdo y las agujas del reloj se acercaban al amanecer.

El joven gurú habló. ¿por qué no llamais a vuestro mayor? -- imposible!!! gritaron todos!, tardaría toda la semana! Tu lo sabes!! Y mañana al amanecer esto debe estar terminado de lo contrario será nuestra ruina.

Estais seguros? - insistió el joven gurú. No perdeís nada si lo llamais..

Finalmente cedieron a regañadientes y el mayor llegó. Todos sonrieron en tono de burla al ver cuando con sus manos temblorosas revisaba las ruedas....

Está muy bien! - Dijo sonriendo- Es una de las mejores ruedas que he visto. Sólo le falta una cosa, y girando la rueda con un golpe seco la encajó en su sitio... Aquel día el joven gurú aprendió la importancia de la Experiencia.

El joven gurú se alejó caminando,pensando en las 3 cosas que había aprendido: Paciencia y tiempo; amor y escucha; experiencia... y decidió dejar de llamarse gurú. Se dedicó a ser el aprendiz de los mayores y con el tiempo llegó a ser el sabio más grande que existió en su pueblo.

Dedicado a todos aquellos que quizás no usan el ordenador tan rápido como los jóvenes, que no saben que es internet o les importa poco los resultados de la bolsa.. pero conocen lo más importante, el valor de una sonrisa, del saber esperar, del tiempo y de esa experiencia que nada en el mundo puede substituir.

Barcelona, 14 de noviembre de 2011
María de Lourdes Eguren

martes, 7 de julio de 2009

Los seres del bosque

Cuenta la leyenda que en los bosques de una región muy lejana habita una raza de pequeños seres con una historia muy particular.Se dice que nacen felices, alegres cada uno con uno o muchos dones.

Cada atardecer cantan y cantan a la luz de sol y de la luna que llega, y en la mañana se despiertan entre el ruido del agua y las risas.Curiosamente nadie ha podido ver a ninguno de ellos, los hombres dicen que han dejado de existir, se han “extinguido”.

Un joven estudioso al conocer la leyenda decidió averiguar de qué se trataba y se trasladó a la supuesta región. Preguntó a los sabios de la zona, a los maestros del pueblo, los comerciantes sobre dónde podía encontrar a dichos seres y no consiguió saber nada. Lo máximo que consiguió fue una sonrisa escéptica con una sonrisa y unas palmaditas de consuelo: “No existe, es un cuento. Los duendes nunca han existido”

Pasaron los años y se quedó a vivir en esa región. De día en día empezó a llegar gente nueva al pueblo preguntando por la historia, pasaban un tiempo indagando y luego se quedaban a vivir en el pueblo también. Progresivamente se fue formando un grupo de personas alrededor del joven se reunían a compartir, cantar, bailar, no se hablaba de la historia, con cada día que pasaba aquello pasaba a ser menos importante.

Un día algo pasó, llegó al pueblo una familia con una niña pequeña. En medio de una de sus reuniones la niña empezó a jugar con la tierra con grandes carcajadas. Y algo mágico pasó: Todos empezaron a verse las caras, ya no eran desconocidos! Se reconocían de antes.

Sólo cuando dejaron de verse separados y se vieron desde dentro fueron capaces de reconocer que los protagonistas de la historia, eran ellos!

Dedicado a mis compañer@s de Biodecodage. Gracias a todos

María de Lourdes Eguren
Barcelona, 07-07-2009

jueves, 29 de enero de 2009

AQUELLO

Una joven mujer fue al Maestro de su pueblo a buscar consejo. Vivía en un constante azoramiento. No podía dejar de pensar en ello.
Su Maestro le dijo:
-Vete a casa, acuéstate a dormir y mañana ven a contarme lo que veas.
La mujer así lo hizo y a la siguiente mañana contó la siguiente historia:

Estaba en un largo camino. Oscuro, tenebroso, habían luces de aceite que se movían con el viento. De repente sentí que me perseguían. Corrí y corrí aterrorizada pero cada vez "AQUELLO" estaba más cerca. Sentía la necesidad de voltear la cabeza y ver que era pero el dolor de cuello no me dejaba hacerlo.
Luego de un rato supe que "AQUELLO" no me dejaría en paz. Me detuve, giré la cabeza bruscamente y le miré.
Vi una capa negra, con capucha, no se veía nada dentro. Le pregunté:
-Quien eres?
-Soy tus miedos. Y en la medida que iba hablando , dentro de su cara comenzaban a aparecer gusanos, emanaba un olor putrefacto, un aire gélido.
- Y que haces aquí?. Pregunté.
-Vengo a ayudarte. Respondió
- Y como puedes hacer eso? Le pregunté.
- Cambia el miedo por amor.

Una vez dicho eso todo empezó a cambiar. Desaparecieron los gusanos, el olor, la capa, y se hizo de día en medio de un bello campo. "AQUELLO" dejó de serlo, su presencia se tranformó y en medio de un aura de colores me tomó en sus brazos y desapareció en mi.

Una vez acabada la historia el Maestro preguntó:
-¿Qué piensas ahora?
La mujer no respondió. Asintió con la cabeza y desde ese día en su boca se dibujó una sonrisa.

Barcelona, 28 de enero de 2009.

martes, 21 de octubre de 2008

A mis maestros.

No puedo cambiarte,
solo puedo aceptarte.

No quiero juzgarte.
solo quiero bendecirte.

No puedo perdonarte,
solo puedo perdonarme.

No quiero recordarte,
solo quiero reconocerme

No puedo quererte,
solo puedo amarte.

No puedo atarte,
solo puedo liberarme.

No quiero culparte,
solo quiero agradecerte.

Dedicatoria: A todas aquellas personas que han pasado por mi vida y han sido mis mejores maestros. A todos ellos mis bendiciones.
María de Lourdes Eguren

sábado, 6 de septiembre de 2008

Me gusta!!!

Levantarme en la mañana,
con los rayos del sol
mirar por la ventana,
disfrutar la creación.


Sonreir con la mirada
admirar la luz del sol
escuchar las estrellas
disfrutar del amor

Pasear por el mundo
admirar el color
imaginar el mañana
vivir en el hoy

Respirar suavemente
inspirar vida y son
cantar con las manos abiertas
bailar sin control

La sinceridad de un niño
la sabiduría del que hoy
mira al horizonte y sabe
que todo es uno
y tu eres yo



María de Lourdes Eguren

jueves, 10 de julio de 2008

Una historia de domingo


Erase una vez un niño, que salió al patio a jugar con su pelota de colores. Sus padres miraban desde la ventana pensando en lo maravilloso que era ver la vida crecer en él, la ligereza de sus movimientos, su clara risa, los ojos vivos y alegres. Este niño creció, y se convirtió en un hombre, sus padres seguían muy orgullosos de él por supuesto, ahora se había convertido en un gran hombre de sociedad. Sus pasos medidos, sus gestos calculados, una tenue sonrisa siempre en los labios como si hubieran puesto dos palillos en su cara y su mirada penetrante e inquisidora.

El hombre, visitaba religiosamente cada domingo a sus padres, ni muy pronto ni muy tarde, adecuado nada más. En uno de esos tantos domingos, paseando distraídamente acabó en el centro del patio de sus padres. Cuantos años! Le parecía tanto tiempo.... y de repente en un rincón, sucia y polvorienta su pelota de colores...

Primero la tocó, casi con miedo, como si de repente dos dientes fueran a salir de su interior... Luego empezó a percibir su forma, quitó el polvo de su superficie y aparecieron aquellos mágicos colores que tanto le gustaban. Casi sin darse cuenta se encontró dando botes a la pelota en medio del patio, y saltando, sonriendo, bailando con ella....

Un grito de asombro lo sacó de su éxtasis. Volvió la cara y al lado del gran espejo estaban sus padres con cara de disgusto acompañados de aquella insípida pero "conveniente" chica que pretendían acabara siendo parte de la familia.

Fueron segundos, miró al espejo y se vió a si mismo. Casi era magia! Pensó.- Estoy sonriendo, alegre y con una mirada que no tenía desde hace mucho tiempo!

Y al otro lado, todo aquello que presentaba su adecuada vida actual..., tres pares de ojos inquisidores como su mirada unos segundos antes, examinando y desaprobando su evidente felicidad.

Tomó la pelota, la acarició con sus manos. Dejó aquella ridícula y apropiada chaqueta de domingo de un lado de la puerta, abrió los botones de su camisa y dejó que el aire entrara por ella, y sonriendo al mundo salió por la puerta trasera del patio para no regresar jamás.
María de Lourdes Eguren

lunes, 17 de marzo de 2008

La pregunta

"Cómo llegar al resultado? De qué forma podemos llegar a crear una obra maestra, una nueva teoría?" preguntó un joven estudiante de Matemáticas en la Universidad.


Sonriendo el profesor, miró la tiza que tenía en la mano se dió la vuelta y continuó escribiendo en la pizarra del salón de clases. Todos los alumnos esperaban su respuesta, más sin embargo poco a poco se olvidaron de la pregunta y se dispusieron a copiar lo que decía la pizarra.

Sin embargo unos pocos no cesaron en su empeño, y repetidamente clase tras clase hicieron la misma pregunta recibiendo siempre como respuesta la sonrisa del profesor y la continuación de la clase.

Llegó el último día de clases, anterior al examen. Ya había pasado un curso y los alumnos se disponían a demostrar (según las normas de la universidad) todo el conocimiento aprendido y su talento. Los alumnos interesados en la respuesta a la interrogante, volvieron a preguntar y la respuesta del profesor esta vez fue una enigmática frase:
-"Mañana lo sabrán, ó más bien; si quereis podreis saberlo".

Al empezar el examen, se leyeron las preguntas en voz alta. Curiosamente esta vez el examen no tenía las 10 preguntas de costumbre, tenía una pregunta adicional. El profesor la explicó:
-"Aquel que me explique satisfactoriamente luego de un año de clases, qué relación hay entre la pizarra de un niño y la respuesta a la pregunta que me habeis hecho durante el curso, tendrá un sobresaliente. No hace falta que me la entregueis hoy. Podeis llevarosla a casa y mañana discutiremos los resultados"

Al día siguiente los alumnos se reunieron, todos querían saber la respuesta a la pregunta.

Muchas fueron las elaboradas respuestas más ninguna de momento convencía al profesor. Finalmente se puso en pie un chico que llevaba todo el año participando de las clases, en silencio. Llevaba el pelo largo, rastas y continuamente escuchaba música y hacía sonar compases en sus dedos mientras escribía sus ejercicios.

Cuando levantó la mano para participar todos sus compañeros le miraron con autosuficiencia, más él se levantó y dijo:
-"La pizarra de un niño es el mayor regalo que puede tener. Es como la partitura para el músico, en ella todo es posible, todo está permitido pero sobretodo siempre se puede cambiar o mejorar. La pizarra de un niño acepta todos los colores, los límites quedan a un lado pero lo más importante es que puede retocarse, mejorarse o en el más radical de los casos borrarse y escribir nuevamente. "

El profesor respondió, sonrío y miró nuevamente la tiza que llevaba en las manos, pero esta vez añadió:
-"Durante todo el curso os he dado la respuesta y únicamente uno de vosotros ha sabido encontrarla. En la vida, hemos sido obsequiados con el gran regalo de la creatividad, el intelecto y la libertad para escoger. En ella todo es posible, todo es mejorable, pero lo más importante de todo es que siempre se puede volver al estado inicial o cambiar de estado si es necesario.
Las pizarras de los niños son libres, así como nuestras mentes. Con ella si lo deseamos podemos crear la obra más grande que os imagineis, o el escrito más mediocre que podais pensar.
El miedo es libre, teneis la opción de escoger. Pero recordar que siempre estareis escribiendo sobre vuestra pizarra con vuestros lápices de colores y vuestro borrador azul."

Mi reflexión:
Todos tenemos nuestra pizarra. Más tarde o temprano todos somos conscientes de ello. La clave es saber que siempre podemos elegir. Si por error hemos escrito una historia desde el miedo o desde nuestro ego, tenemos en nuestra mano el poder de tomar nuestro borrador azul y dibujar una nueva desde la unidad y la libertad. Y si ya estamos en el camino, a seguir dibujando y embelleciendo nuestra obra con nuestra infinita capacidad.
Es la ventaja de ser conscientes que para nuestra mente el tiempo no existe, y lo que fue, es y será es la misma cosa.


Barcelona, 16/03/2008
María de Lourdes Eguren

domingo, 9 de marzo de 2008

La perecedad del miedo

Todos concemos en carne propia el poder que tiene el miedo en nosotros si dejamos que se apodere de nosotros, sin embargo es genial saber lo fácil que creamos un miedo y lo fácil que es deshacerlo.


En nuestra sociedad nos han enseñado a vivir con ellos, anclados a ellos, como si una vez creados fuera una marca indeleble, y debiéramos conformarnos a llevarla de por vida (y dependiendo de qué cosas hasta más allá).

Yo he vivido un ejemplo práctico en carne propia. Quienes me conocen saben la fobia a las arañas que tenía desde hace años, unos 20 más o menos. En unos 10 minutos eché por tierra todo los que en estos 20 años he ido alimentado con prejuicios, imágenes, ideas raras, y cosas por el estilo.

Y todo esto gracias a la maravillosa capacidad de nuestro cerebro de crear y eliminar circuitos neuronales.


Todo nuestro conocimiento, se basa en esos pequeños puentes que creamos entre nuestras neuronas. Mientras más añadimos conocimientos imágenes, sonidos, lugares, prejuicios y valores más reforzamos estos puentes. Sin embargo, hacer lo contrario es igual de fácil que crearlo, basta con la voluntad de hacerlo y fijarnos nuestro objetivo, químicamente se plasma lo que nuestra voluntad decide, y los nuevos puentes se crean con mínimos efectos físicos (quizás un poco de mareo, ganas de ir al baño, o dolor de cabeza) pero inmensurables efectos emocionales y por supuesto de evolución personal.


Pensar que es posible, ese es el primer paso, y una vez dadas las condiciones iniciales dejaros llevar por este magnífico viaje, con todo el abanico de posibilidades que tenemos en nuestras manos y que obedecen a nuestro pensar. Solo basta que fijemos nuestras condiciones iniciales y dejemos volar nuestra imaginación.

Tenemos un Lápiz en la mano, un lápiz mágico que nos permite pintar bellas obras de arte, escribir bellas historias, también negras historias o terroríficas pesadillas. De quien depende? Como siempre de tí y de cómo desees utilizarlo; y si te das cuenta que has pintado una historia que te disgusta, recuerda que tu lápiz lleva una magnífica goma de borrar incorporada y puedes empezar desde ya a pintar una bella historia en su lugar....

La vida es bella.... y quien piense lo contrario, que coja el lápiz y empiece a dibujar....

Y esto me acaba de dar una idea para el próximo cuento,.... ya veremos!!!


María de Lourdes Eguren
Barcelona, 09-03-2008

El efecto espejo

Como dice un buen amigo "Dios los cría y ellos se juntan". Cúan cierta resulta esta reflexión en nuestra vida diaria y cuanto podemos aprender si somos capaces de entender los mensajes que nos llegan por medio de nuestros hermanos.

Tenemos un magnífico regalo, una fuente directa de la cual aprender sobre nosotros mismos. Las discusiones son un excelente ejemplo, nos muestran claramente lo que pensamos y sentimos de nosotros mismos por medio de la persona que en ese momento nos envíe Dios para ser nuestro maestro.

En uno de mis libros favoritos, Ilusiones de Richard Bach (que se lo debo a mi querida profesora de 8vo grado Sandra Araya) sale una cita preciosa que viene a decirnos esto: "No existe ningún problema que no te aporte simultáneamente un don. Buscas los problemas porque necesitas sus dones"

Esta frase me cautivó durante años, sin embargo la segunda parte esa de "buscar problemas" no me gustaba demasiado, eso de ser medio masoquista, o pensar en un Dios que envía sufrimiento con el martillo en la mano, pues la verdad que no es muy alentador y no iba con la idea que tengo de Dios; y es ahora que la he visto con otros ojos y otra percepción.

Podemos ver los "Problemas" como sufrimiento, castigo, cruces, y todo lo negativo que podramos imaginar, sin embargo podemos verlo desde otra óptica más refrescante y enriquecedora, podemos verla como Maestros, Aprendizaje, y sobre todo como respuesta a nuestras preguntas y una gran OPORTUNIDAD de encontrar lo que necesitamos para evolucionar.

Mañana, cuando me levante y me vea en el espejo, pensaré en este regalo maravilloso. Pensaré en ese ser maravilloso y unitario bendecido por Dios y así emprenderé el día dando gracias por cada maestro que me regale el nuevo día.

María de Lourdes Eguren
Barcelona, 09-03-2008

martes, 4 de marzo de 2008

El maestro y la lámpara mágica


A un maestro le preguntaron sobre la vida. Sus jóvenes alumnos sentados a su alrededor querían saber más, así que les contó la siguiente historia:

Un hombre tenía una lámpara mágica, sus peticiones podían ser cumplidas con ella y bastaba sólo con desearlo. Esta magnífica lámpara era regalo del jefe de su pueblo que había decidido obsequiarle con ella luego de una larga amistad.
Al principio el hombre pensó en pedir riqueza, sabiduría, una bella esposa, ... y por supuesto inmediatamente sus deseos fueron cumplidos. El hombre se recocijó con tanta riqueza, ¡Qué alegría! Finalmente sus sueños se hacían realidad!!
Pero entonces el miedo se adueñó de él, y pensó: "Y si pierdo mi dinero..., y si pierdo la lucidez por una caída ..., y si mi mujer muere... ", y la lámpara obediente, respondió.
El hombre acabo sus días, sólo y harapiento en la calle de su pueblo, y la lámpara quedó en el olvido en el viejo desván de la biblioteca del pueblo. Por supuesto, nadie inténtó quedarse con ella luego del triste fin del hombre, así que nadie la recordó.
Años despues un joven filósofo encontró la lámpara, y dijo: "Una lámpara mágica" e inmediatamente empezó a utilizarla.
Alarmados los sabios del pueblo recordaron la vieja historia y corrieron a advertir al:
-"Esa lámpara te traerá la desgracia. No es posible escapar a su magia".
A lo que el joven respondió:
-"Hasta ahora no he tenido problemas, así que la única razón para que esto sea así tomando en cuenta lo que me habeis contado es lo siguiente: Es una luz, y la luz no teme a la oscuridad. Si en la lámpara hay oscuridad la única posibilidad es que yo pida a la lámpara oscuridad. Así que ya sé la respuesta y nada podrá hacerme daño".
Y el joven sonriente se alejó."

Y el maestro culminó la historia de la siguiente forma: "La lámpara siempre ha estado en nosotros, y si la desgracia está con vosotros es porque vosotros en algún momento habeis atraído esta situación. Ahora ya sabéis la respuesta, en vuestras manos está dar luz o ver la oscuridad que queda a su alrededor"

María de Lourdes Eguren
Barcelona, 4 de marzo de 2008

sábado, 1 de marzo de 2008

El hombre que se lamentaba de su suerte


Un hombre tenía dos hijos. El primero de ellos era un hombre de éxito, el segundo era un hombre normal que no destacaba en su profesión.
El segundo de sus hijos vivía cada día lamentándose de su suerte. Todos sus años de estudios, de lectura en la biblioteca no habían logrado darle lo que su hermano había conseguido según él sin esfuerzo.
Viéndolo contínuamente lamentarse su padre le llamó un día y le dijo: "Hijo, vete durante el tiempo que haga falta y yo me ocuparé de tu sustento hasta que encuentres aquello que tanto te atormenta". Y así hizo, el hijo dió gracias a su padre y se marchó.
Recorrió el mundo esperando ver paises más justos donde aquel que trabajara con esfuerzo tuviera lo que el llamaba su recompensa, sin embargo mientras más viajaba más se daba cuenta que en todos los lugares que recorría veía lo mismo.
Ya desesperado se sentó en una plaza pública, y vió a un hombre que pintaba un cuadro. Sus cuadros eran muy conocidos en la ciudad, así que decidió preguntarle:
-"Buen hombre, como hace usted para pintar sus cuadros? Imagino que debe haber aprendido las mejores técnicas visuales en las mejores escuelas porque su técnica definitivamente es excelente"
El hombre sonriendo le miró, y quitándose sus gafas oscuras levantó la cara hacia el chico y le contesto:
-"Soy ciego. No me hace falta ver con los ojos del cuerpo, cada pincelada que hago la siento desde el fondo de mi corazón y es así como he pintado todos mis cuadros"
El chico dió gracias al pintor y decidió que su viaje había culminado.
Volvió a su casa y desde entonces su vida fue plena y feliz.
María de Lourdes Eguren
Barcelona, 01/03/2008

viernes, 29 de febrero de 2008

El Rey que no era feliz

Erase una vez un hombre que llegó a ser el hombre más poderoso de su pueblo, era venerado, amado, rico y justo, su pueblo lo estimaba y era considerado el modelo a imitar por el resto de los soberanos de la tierra.
Sin embargo había una cosa que empañaba su éxito y le privaba de ser feliz. Consultó a sabios, magos y sacerdotes, más nadie logró darle una solución.
Una noche mientras miraba las estrellas pidió al universo una respuesta, y este le respondió con la siguiente propuesta:
-“Voy a darte una facultad que es un don o una desgracia, y esto sólo dependerá de ti. Te daré la capacidad de cambiar tu apariencia cada vez que alguien te mire, y adoptarás la imagen que esta persona haga de ti. Si aceptas tendrás la oportunidad de hallar tu respuesta, de lo contrario seguirás como hasta ahora.”
El Rey cansado de tanto esperar aceptó el trato y se fue a dormir.
A la mañana siguiente a la primera persona que vio fue a su joven sirvienta que venía a traerle el desayuno:
-“¡Auxilo!-Gritaba-“Un hombre ha entrado en la alcoba del Rey, llamad a la Guardia, no sea que quiera hacernos daño”.
El Rey corrió tras ella para intentar aclarar la situación, más sólo logró complicarla, pues inmediatamente apareció una escuadra de soldados:
-“Hay un asesino suelto. Atrapádle!”
-“¡Se ha colado un intruso en palacio. Hay que acabar con él!”.
El Rey huyó despavorido a la soledad del bosque intentando pensar en lo que debía hacer, pero mientras más pensaba en lo sucedido, al encontrarse de nuevo con la gente del pueblo peores se hacían las reacciones, así que decidió esconderse y no salir más.
Y así pasaron los años y en el pueblo se corrió la voz de la historia del malvado demonio que habitaba en el bosque y que había acabado con su gran soberano…
Un buen día el Rey se encontró con un niño que se bañaba en el río y lo miró con bondad, pero al recordar su situación se escondió rápidamente tras un árbol para que el niño no lo viera.
-“¡Madre, madre!-Gritó el niño-“He visto un ángel”. Y salió corriendo a contarle a su madre.
El Rey meditó y se dio cuenta que en la medida que miraba con bondad a la gente, esta veía algo mejor y diferente en él. Hasta el momento había mirado a los demás con temor y recelo, así que se decidió a probar suerte.
Bajó al pueblo y empezó a mirar y sentir la bondad de la gente, y Oh! Sorpresa! La gente empezó a acercarse, ahora veían a un hombre anciano, un amable caminante, un buen hombre…
Y el Rey entendió. Y dando gracias al universo decidió verse en El, en su gente, en su pueblo… un grito de júbilo le sacó de su meditación:
-¡Milagro!-Gritaba la gente-“El Rey ha vuelto”.
Y el Rey sintió. Y entendió. Y desde entonces no sólo el Rey fue feliz sino todo su pueblo.
María de Lourdes Eguren
Barcelona, 26/02/2008

jueves, 28 de febrero de 2008

Prólogo

Finalmente, luego de mucho tiempo me he decidido a crear mi blog.
Hace mucho, mucho tiempo que debía haberlo hecho, sin embargo me encontraba en mi propio sueño, prisionera de mis propios prejuicios, de mis propios miedos.
Algunos de mis amigos saben que escribo poesía desde los 12 años, ahora tengo 27, sin embargo nunca he sido capaz de publicar nada. Así mismo, mis escritos, mis reflexiones, siempre se han quedado un paso por detrás de la puerta.
Ayer producto de hacer consciente una serie de mensajes que he ido recibiendo por medio de mi esposo, mis amigos, de la gente cercana, de la televisión y finalmente ayer de mi grupo de estudio de PNL he decidido escribir y abrir la puerta. En la noche llegué a casa, y escribí un cuento. Luego de años sin escribir, fue como abrir el agua detrás de la presa, como dejar fluir un río fresco, claro, joven y vital.
Ese será mi primer escrito el día de hoy. Definitivamente el inicio de muchas cosas que a partir de hoy espero compartir.
Un abrazo y gracias por este despertar